Muchas circunstancias difíciles
enfrentamos diariamente, la vida se encarga de darnos lecciones a diestra y siniestra,
duele y mucho. Cuando las cosas no nos salen bien, cuando creemos estar cayendo
en un abismo cuyo final es imposible de ver, aun cuando estas cayendo, se
vuelve más profundo el abismo y piensas que tu corazón no aguantará tanta presión
y estallará.
Nuestra vida; crecer, nacer,
reproducir y morir. Tan sencillo como fritar un huevo, pero aun el huevo
necesita sal para tener un mejor sabor y debe ir acompañado de una buena taza
de chocolate y como todo placer en la vida, es mejor en compañía que solo. Pero
a veces en medio de la dificultad ni un abrazo nos puede hacer sentir mejor, aunque parezca que si.
Todos hemos llorado y no siempre
es refrescante, el dolor que sale en cada lagrima es un golpe dentro de nuestro
ser. Cada día como seres humanos debemos afrentar momentos difíciles. La pregunta
es ¿podemos soportar tantas dificultades? Quizás no. En el fondo somos débiles y
necesitamos de quienes tenemos a nuestro alrededor, necesitamos de Dios.
¿Estamos programados para
aguantar tantos momentos difíciles? Yo pienso que sí, somos una especie fuerte,
con convicción y llena de propósitos en la vida, pero estamos en formación, aún
nos siguen creando como seres humanos. No somos una creación finalizada, aún
nos falta el tope final y ese se va moldeando en nuestra vida terrestre.
¿Podemos conseguir la felicidad
completa sin necesidad de conocer el dolor o la tristeza?
No hay comentarios:
Publicar un comentario