Poco a poco amamos y odiamos, escribimos y
borramos. Cuando la vida parece color rosa los demás colores desaparecen de
nuestra lógica y cuando todo cambia no lo creemos. Nos vamos…nos vamos poco a
poco y a veces, solo a veces no queremos volver, y dejamos de
amar, incluso de
odiar. Preferiremos el negro y el rosa ya no nos hace feliz.
Poco a poco perdemos el sentido
de todo y todo nos causa molestia. Nos volvemos individualistas, prepotentes y
orgullosos, poco a poco. Dejamos de ser ángeles y empezamos a soltar todos
nuestros demonios, hacen y deshacen y nos sentimos bien. Carecemos de pasión por
lo natural, y en la búsqueda de lo original padecemos de esa naturalidad.
Poco a poco, como el tiempo que
toca y arrasa todo, como un beso que dura solo un soplo, como una lagrima que
recorre nuestro cuerpo y hace efecto como un terremoto, así es como pretendemos
vivir. Nada ha tenido el peor cambio en el mundo, nada como el rostro de un
perdido, que busca salida en una pared que no ha sido destruida.
Poco a poco, se vuelve una
carrera nuestra vida, tratando de alcanzar el tiempo perdido.
Poco a poco las oportunidades de
amar acaban, pero las de odia crecen hasta llevarnos a la muerte y lo peor es
que nuestro intento de amar no se hizo notar, y en nuestra tumba nadie llorará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario