Veo pasar los tiempos y veo como lo pierdes, como se va de tu lado y te veo llorar, entonces sufro. Salto de un lugar a otro, pero no soy saltarín, pero me quedo quieto y decido verte un poco más, entonces te enamoras, como me enamoré un día, veo cómo eres infeliz al lado de alguien que es feliz con alguien más, pero tú lo quieres y prefieres sufrir a no tenerlo, es mejor para ti eso que el no tenerlo y seguir sufriendo por eso.
Me voy de tu camino y trato de
seguir el mío, pero el mío es oscuro, solo y no hay pajaritos que vuelen en mi
cielo. Todos se van contigo. No lo entiendo. No quiero entenderlo. Estoy
perdido y amo estar así, como los incomprendidos, los cuales viajan a inciertos
destinos. ¿Será que soy un incomprendido? No tengo amores ni anécdotas en el
olvido, no tengo amigos, es más ni mascotas que han mordido. Sí, soy un
incomprendido.
Soy como aquel que te mira y te
mira y nunca se ha atrevido, que dedica canciones, que sonríe como tonto y
que no tiene miedo de llorar. A veces parezco un simio, quizás un pato o
simplemente un pervertido. Soy incomprendido, tanto que este relato ya parece
un libro. Quiero alejarme de ti, pero en realidad tú no existes, creo que no
soy un incomprendido, creo que yo no te comprendo a ti; que eres mi familia, que
eres mi amigo, que lo eres todo, pero que igual yo ando solo.
Imagen.
Imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario