Sentí su presencia en cada letra,
cada palabra que escribía me gustaba como a chocolate.
No quise esperar más y fui buscando su mirar, sus labios, su piel, fui buscando su corazón. De todas las veces que he tenido su corazón cerca, esta vez pensaba que todo sería diferente, que esta vez, si habría una oportunidad real.
No quise esperar más y fui buscando su mirar, sus labios, su piel, fui buscando su corazón. De todas las veces que he tenido su corazón cerca, esta vez pensaba que todo sería diferente, que esta vez, si habría una oportunidad real.
Al llegar, veo que su piel ya está
dispuesta a ser tocada, pero al abordar en su equipo de viaje a las estrellas,
noto una irregularidad; sus ojos no me miran, sus labios no me besan, sus manos
no me tocan, su corazón no late, y me preocupo. El miedo empezó a invadirme y
no sabía si saltar y salir corriendo de aquella escena de terror o quedarme.
Todo se tornó oscuro en mí ser,
vi como los pájaros perdían inspiración al volar, vi de todo menos su amar. Toqué
su cuerpo, con la intensión de despertar en su ser, el deseo de amar, pero lo
que ocurrió es que se durmió todo lo que había estado ardiendo dentro de mí,
morí lentamente esperando, pero no pasó nada, por un momento di todo por
muerto, incluso mis sentimientos, aquellos que me daban la valentía de luchar
en contra del viento.
Me marché y en ese momento cada
letra que había escrito de su parte para
mí, dejó de tener un significado especial y se convirtieron solo en palabras llenas
de subtextos.
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Imagen.
http://s1.trrsf.com/blogs/348/files/image/hombre-solo-en-la-cama.jpg
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