26 de noviembre de 2016

Pienso, luego existo

Encerrados, pero de la mano de nuestra propia libertad. Pretendiendo ser almas sin castigo, que cruel castigo que el no poder volar.


He encontrado la manera de llegar a una verdad, sin duda la verdad soy yo, como aquellas cosas que existen, están allí porque yo les doy sentido, igual que la verdad, cada quien vive bajo sus propias verdades, esas mismas que te hacen pensar, en ese momento cuestionas la verdad. Dejar de ser buenos para los demás, abandonar la inocencia que nos da la mentira y me refiero a que para muchos somos una verdad buena, pero cuando se dan cuenta de lo que realmente somos, entonces nuestra verdad será para ellos un engaño, pero no dejará de ser y una verdad, una mala verdad.


No podemos olvidar una verdad, pero si podemos dudar de esa verdad, como lo hacemos con nuestra propia existencia.

Solo existe algo real y verdadero, algo que nos hace vivir, que nos involucra en medio de la nada antes del vivir y en la nada después de morir. La muerte es lo único que le da sentido a la vida, sin ella nada valdría la pena; abrazos, sonrisas, amor e incluso odio. Así como las cosas existen porque le damos sentido, el sentido a la muerte viene predeterminado en nuestro chip. Somos nada, de esa verdad no podemos escapar.