Es duro, es duro pensar que somos tan pequeños, llenos de ilusiones y que
no valemos nada, pero nada es nada. Construir para otros, sonreír para quienes
no tienen mejillas, ver como los colores de una mirada son pasajeros y ver como
se pierden en medio de la tormenta es caótico. Conservar un objeto puede ser
una tarea fácil,lo difícil es conservarse uno mismo para el objeto.
No pensamos en que los cambios lleguen, bueno si lo hacemos , pero
creemos que deben de ser buenos siempre, lamentablemente hay cambios que nos devuelven
al inicio de la carrera. Ver como los demás están cerca de la meta y saber que
nos toca repetir todo el trayecto es... decepcionante, triste y doloroso. Duele
empezar de nuevo. Duele más saber que se empieza sin nada; sin sueños, sin
objetivos, sin animo, sin recursos, sin compañía. Solos simplemente solos en
la nada, mientras todos están en los balcones, viendo tu historia de vida como
espectadores en una corrida de toros, sin saber y a la expectativa de quien
morirá primero, si el toro o el torero.
Tenemos que dar el mejor espectáculo, dejar a los espectadores realmente
satisfechos, mostrando una faena de honor, donde nos coronamos vencedores,
que vean que si se puede renacer, que si nos toca volver la punto de partida ,
pues se vuelve y se trabaja de nuevo para conseguir todo aquello que se
perdió una vez. Nadie lo entenderá , pero volver
a vivir nos enseñará a hacer la cosas mejor y tomar más fuerza y valor
para enfrentar al mundo.
Hoy se empieza desde cero, hacemos una reingeniera a nuestra vida. Creando
cosas nuevas para sobresalir en un mundo donde nadie quiere verte crecer.