No debí haber esperado tanto. Esa
noche decidí volver, mis ánimos estaban por las nubes, unas que se ocultaban en
el alba de un planeta lejano, y digo
algo muy claro... mis palabras son sencillas y
un poco empíricas, como el beso que nos dimos y que nunca recuperé.
¡Egoísta! No debiste marcharte,
¿Que pensabas? ¿Que te estaríamos esperando todo el tiempo? Pues no amigo, el
tiempo no perdona y no tiene en cuenta el intervalo. Te fuiste y eso es lo que cuenta y mientras no
estabas, yo si lo estaba y en mis intervalos no existía un atrás...de hecho no
existía yo, ¡no debí! ¿Dónde podré esperar yo? ¿Dónde podrás esperar tú? Cambiaré
tus intervalos por mis mientras, y entre más mientras, no mientas. No debiste.